lunes, 24 de enero de 2011

"El Rayo de la Serenidad" de Francisco Maurial Mac Kee

 -NOVELA-
El Rayo de la Serenidad
Francisco Maurial Mac Kee
101 páginas
S/. 30.00
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Un crimen consumado, una sequía dominante, y frente a ello, dos hermanos adolescentes intentando compensar su temor en los oasis y los juegos que la libertad y la soledad les permiten, en las pampas de Nasca.

Todo parece resuelto por el azar de la fatalidad, pero la naturaleza interviene intensamente: desata sus impulsos y participa así en los hechos, uniendo o separando a los personajes.

Espacios movedizos, voces de inmediatez y silencios del desierto, arena, tierra y agua, acompañan a Gabriel y Rosario en su intensa e inseparable aventura, así como la prosa poética en la que este relato ha hallado la adecuada voz para hacer de su lectura, una irrepetible experiencia.
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El Rayo de la Serenidad es la historia de dos hermanos, Rosario y Gabriel, de su inocencia y su memoria, del tiempo donde un día fueron niños y de la nostalgia que viene con la pérdida. Es el relato también del lugar donde se nombran las cosas, Majoro, o el rincón sagrado de la infancia.

La novela principia con un crimen, un fogonazo que parte la noche e inicia a los en la amarga verdad de la vida adulta. El lector conoce entonces el mal en el alma de Ciro, el amor adolescente de los hermanos, el descubrimiento de la vida y de la tierra a través de las lecciones de los padres, la esperanza que trata de abrirse paso a través de la sequía, y es tal la sensualidad del texto, que sentimos como ellos el sabor de las uvas, el calor del desierto de dunas y el olor del agua cuando llega. En El Rayo de la Serenidad las corrientes se transforman en silencios llenos de vida, los oasis son reales hasta que desaparecen y los fantasmas molestan menos que las personas. Es la realidad absoluta de los sueños, la verdad incuestionable de los niños que olvidamos cuando el mundo cambia de piel y arrecia cruel la paraca de los años.

Los que tenemos la suerte de conocer a Paco Maurial, y la pena de noconocer su tierra, nos preguntamos cuánto hay en él de Gabriel, cuánto de su amor a una geografía de "caprichos salvajes", a una naturaleza y a un tiempo que añoraba en sus días en España. Qué tienen esos padres, que sus nombres apenas enmascara, en común con su familia, a la que adora, qué hay de recuerdo y qué de imaginación en la tierra sureña de Majoro. Y concluimos que al fin y al cabo, qué importa, nos basta con dusfrutar de su prosa y desearle que siga describiendo y escribiendo para nosotros lo benditos terrenos de la infancia, y que nos los regale de nuevo en tesoros llenos de esperanza, en cientos, miles de libros.

Beatriz Marín García. Filóloga, Máster en enseñanza de español por la Universidad de Salamanca (España), guinista de televisión y editora independiente.

 Francisco Maurial Mac Kee (Lima, 1964)

Graduado en Comunicación por la Universidad de Lima y máster Cum Laude en Enseñanza de Idioma Español por la Universidad de Salamanca (España).

Ha sido editor de prensa corporativa y de publicaciones temáticas. Animador de lecturas y recitales de música, es guitarrista clásico e investigador de temas literarios y comunicacionales. Tanto en España como en Perú ha hecho estudios de posgrado en Literatura, en Salamanca y San Marcos respectivamente. Ha publicado "Feria personal" (1990) con el auspicio de la editora de la Universidad de Lima. En España ha sido Lector para el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil y profesor de español para extranjeros, en la ciudad de Salamanca.

El Rayo de la Serenidad es la primera novela de una serie de entregas narrativas de su creación.
* De venta en la red de librerías de Lima y en el Fondo Editorial de la UNMSM.

COMENTARIOS, RESEÑAS
-PRESENTACIÓN-

En diciembre de 2010, en el Instituto Raúl Porras Barrenechea fue presentado por Rocío Silva Santisteban, poeta, periodista y catedrática; Héctor Ñaupari, poeta, ensayista y abogado, y Javier Arévalo, escritor y promotor cultural.

domingo, 23 de enero de 2011

De Salamanca a Nazca, un rayo de serenidad


Imagen tomada del Blog Instituto Raúl Porras Barrenechea

De Salamanca a Nazca, un rayo de serenidad
La travesía de Francisco Maurial MacKee

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Discurso del poeta y ensayista Héctor Ñaupari en la presentación del libro El Rayo de la Serenidad.
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Francisco Maurial tiene esa virtud poliédrica, propia de los artistas múltiples: eximio guitarrista, narrador hechicero, vibrante comunicador, pero por sobre todo, amigo abierto, leal y franco, virtudes arremetidas y revueltas en un solo espíritu, complejo, profundo, inquieto y sagaz, como el de aquellos aventureros infatigables, con muchos días de sol y algún que otro atardecer sombrío.

Recalcaba la amistad de Francisco, porque la amistad es también un arte, sobre todo cuando quien la ejerce es capaz de cautivarnos con un arpegio o un solo de su guitarra espléndida, o una novela,  breve como la cintura de una mujer joven y hermosa, como es El rayo de la serenidad, esta ejemplar obra suya, que hoy me honro en presentar. 

Francisco me ha permitido, también, volver a nuestra ciudad: Salamanca, la Roma chica, la ciudad del Lazarillo de Tormes, de Miguel de Unamuno, de Fray Luis de León, de Francisco de Vitoria, de Antonio Colinas, de Alfredo Pérez Alencart y tantísimos otros. Digo “nuestra” porque ella se ha llevado los últimos años de nuestra juventud primera, y por ese mismo hecho la llevaremos siempre.

Hoy quiero conducirlos por la casi milenaria Universidad donde ambos estudiamos, de donde fue calcada mi primera casa estudiantil, la cuatricentenaria Universidad Mayor de San Marcos. Y si, como reza el dicho, San Marcos es el Perú, podemos sostener sin temor a equivocarnos que Salamanca es España, vallejianamente:

“La madre España con su vientre a cuestas; 
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!”.  

Conocí a Francisco Maurial en la presentación de mi libro de poemas En los sótanos del crepúsculo, en el mítico bar salmantino El Savor, de inspiración latina, donde tuve el privilegio que me acompañara, con su mágica guitarra, en esa noche intensa, cerrada y babilónica como es la noche de la ciudad castellana, en su cielo que justo había dejado de ser el azul libre y sin matices que la adorna siempre, tan perfecto que asusta, como dice el poeta Ángel González Quezada, junto a otros amigos peruanos, latinos y españoles, bohemios, estudiantes de pregrado o doctorado, errabundos, o vagamundos, como le gusta decir a mi querido amigo, el intelectual y periodista cubano Carlos Alberto Montaner. 

Al conocerlo, me dije, como el cínico antihéroe Rick Blaine al capitán Louis Renault, “que este es el principio de una gran amistad”. Y no me equivoqué.

Salamanca nos hizo amigos perdurables, porque para mí Francisco Maurial MacKee es Salamanca, urbe cenital, de edificios inverosímiles, en la dorada belleza de la piedra que los conforma y define, como la Iglesia de San Marcos, “nave de luz, de borda circular” detrás de la cual uno podía beber el kalimotxo, ambrosía del tinto hispano con la americana coca – cola, la cuba libre del estudiante, en bares íntimos como un beso, o fuera de ellos, en sus acogedoras puertas; de la portada de San Esteban, “relicario en piedra viva”, la Clerecía, enorme como un palo mayor entre las estrechísimas calles Palominos y Libreros, donde tantas veces transité, yendo a almorzar al Fray Luis de León la deliciosa paella valenciana; de su excelsa Plaza Mayor, “caudal de asombros, voces rotas y silencios” donde era poseído “por el fuego turbador de sus piedras encallecidas” citando al poeta Alfredo Pérez Alencart; del Cum Laude, el Irish Rover, el Camelot y el Potemkin, los que más recuerdo de sus innumerables bares.

Y así como Francisco Maurial es Salamanca, también es Nazca.  El rayo de la serenidad es la historia de muchas historias. La del crimen que le da origen, la de los hermanos que descubren el amor, entre ellos, el de sus padres y el de la tierra, que es, como sabemos por la vida y la literatura, más profundo que el lazo de la sangre. Pero también es la historia de su propia familia, y de Juana Rosa Ramos de Maurial, “que jugaba a reír con sus recuerdos y cuya voz siempre canta en la memoria”, como reza su sentida dedicatoria.  Y, como si todo ello no fuera poco, El rayo de la serenidad nos cuenta sobre Nazca, su desierto perpetuo, que hace que el agua valga más que las piedras preciosas, como podemos comprobar de su lectura.

En tal sentido, estamos ante una novela breve más que un cuento largo. De hecho, es posible afirmar que el cuento largo es la técnica narrativa que más ha caído en desuso. Una pregunta que cabe hacerle, por ejemplo, a Vargas Llosa, es porqué no volvió a escribir cuentos. Quizás ésa sea una de sus razones.

Dejando la especulación de lado, al contrario del cuento largo, en la novela breve tenemos unos personajes y una historia que no gira en torno a un simple eje temático; más aún, observamos una evolución de los hechos y una “parte alta de la narración”, donde todos los elementos y protagonistas confluyen a un tiempo. 

En la novela breve, la trama debe ser tensa, encerrar un mundo y unos personajes propios, donde el clímax puede aparecer en un punto del medio, y no al final de la obra, estando más cerca de la travesía que de la sencilla anécdota.

El rayo de la serenidad es devotamente respetuoso de tales características, sorteando con desenvoltura los riesgos propios de una narrativa apretada como el abrazo de dos amantes que se encuentran tras años de dolorosa búsqueda.

A nuestro juicio, la novela breve designa algo más que una medida, una extensión intermedia entre cuento y novela: designa una especie literaria que, tal vez, resulte difícilmente definible, pero que tiene personalidad propia y que funciona como algo distinto a una novela.

Con El rayo de la serenidad nuestro novelista se revela como un discípulo aplicado de García Márquez, con ese toque poético, irónico, impresionantemente humano, donde lo inusual, lo sorprendente, lo sobrenatural, y el vuelco mismo de los acontecimientos se nos aparecen de una cotidianeidad y cercanía tal, que de la relación mágica con la naturaleza nos traslada a la selva espesa de lo real.

Así, Francisco Maurial descubre para nosotros un mundo fascinante y desconocido, un universo ignorado, de gente segregada, del desierto del Sur del Perú, en una prosa fresca, poderosa, veloz, cinematográfica. Abre la posibilidad de encontrarse con una época, unas tradiciones, unas conductas que parecen sepultadas en el olvido, pero vuelven a surgir como si el fabulador dominara el tiempo, negándose a hacerlas desaparecer.

Hoy en día, cuando el cuento corre la suerte de convertirse en un formato que apenas encaja en revistas, sin que la atención de los editores se fijen en ellos, como no sea en forma de antologías compuestas por la obra de una vida literaria reconocida, es hora de seguir el ejemplo de Francisco Maurial MacKee, y apuntar nuestra mirada, y, tal vez, la sangre de nuestras plumas, hacia la novela breve, la que está, según el dictado del autor de Rayuela, a caballo entre el cuento largo y la novela, hacia el relato organizado en argumentos que se sucedan uno a otro sobre una historia que da más que para un cuento.

Francisco Maurial MacKee es Nazca. Es Salamanca. A Nazca ha vuelto con El rayo de la serenidad. A Salamanca, regresará siempre. Y cuando llegue nuestra hora, o como sostiene Onetti en el título de su última y conmovedora novela, Cuando ya no importe, o parafraseando al cholo universal en su Himno a los voluntarios de la República, “cuando marcha a morir nuestro corazón, cuando marchemos a matar con nuestra agonía”, volveremos en forma definitiva, para dormitar por fin en ese vividero bendito y añejo, cual el mejor vino, que es Salamanca, como dice el poeta: “queriendo sólo descansar la cabeza, exhaustos y al final de todo, en la colina de tu vientre”.

Entre tanto, cuando ese momento postrero nos alcance, celebremos con júbilo esta novela estupenda, a este significativo autor, y confiemos en que Francisco Maurial MacKee, artista talentoso y multifacético, nos siga deleitando con sus creaciones en los próximos años.

Santiago de Surco, 2 de diciembre de 2010

viernes, 21 de enero de 2011

Un surrealista que odia el mar

Publicación

Nuevo libro de Dante Ramírez La Torre

Se inspira en el océano para versos de Puertos rotos. Furiosas olas

Publicará tesis sobre J.M. Arguedas y El Sexto, además de novela

Por: José Vadillo Vila jvadillo@editoraperu.com.pe
El Peruano, 12 de enero de 2011

Advertencia: este poemario requiere de un lector con cierta destreza. Sofisticado, digamos. “El surrealismo no es para cualquier tipo de lector, hay imágenes bruscas, un idioma fragmentado, palabras precisas, fuertes, no cualquier persona puede entender un libro así”, comenta Dante Ramírez La Torre.

Su nuevo poemario, Puertos rotos. Furiosas olas (Lima, Hipocampo editores, 2010), como define, “tiende a separarse del coloquialismo”. 

Y con el formato del libro se ha buscado que sea una suerte de bitácora, mientras que dentro, poemas conviven con siluetas de mujer, creados por el conocido ilustrador Miguel Det.

El formato de los poemas incluidos en el libro son párrafos sin nombres propios ni signos de puntuación porque “uno no sueña fragmentado, uno sueña de corrido”, explica el bardo de 30 años de edad, miembro de la Generación del 2000, “una generación bastante fértil, porque creamos grupos que no solo se reunían para publicar sino también para promover manifestaciones culturales, eso nos ayudó a madurar”.

Dante Ramírez es consciente de que en las páginas aflora su fobia a altamar. “Preferiría meterme un tiro antes de irme en un crucero”, dice. Él señala que para inspirarse no se acercó al océano, sino que recurrió a las películas y la televisión.

Puertos rotos. Furiosas olas también tiene deudas a André Breton, me cuenta “y también lecturas de Katatay (1972)”, poemario de José María Arguedas. Aquí se exponen los mitos andinos y grecolatinos, pero como “sueños” de un “hombre moderno”.

Arguedas presente

Ramírez sustentó con honores el año pasado su tesis de licenciatura sobre neorrealismo y transcultulizarición en la novela El Sexto, de José María Arguedas, que considera “la única novela netamente carcelaria y marginal que hay en el Perú”.

En abril, la investigación saldrá en formato libro; además, empezará a dictar distintas ponencias este año, en el que se recuerda el centenario de José María Arguedas y el enorme legado del autor de Todas las sangres.
Puertos rotos... le tomó cerca de dos años de corrección, pero en el ínterin, siempre con el tema onírico, el poeta escribió “en clave onírica” su primera novela, que lleva por título tentativo Del amor a la conciencia dislocada, también muy ligado con el universo surrealista. Otra aventura que irá en busca de lectores este año.

Enlaces relaciondos:

lunes, 10 de enero de 2011

MARATÓN DE POESÍA por el Aniversario de Lima

MARATÓN DE POESÍA
POR EL ANIVERSARIO DE LIMA

Sábado 15 de Enero
3:00 p.m.
Teatro Segura (Jr. Huancavelica 265. Lima)
-Ingreso Libre-

EL próximo sábado 15 de enero, dentro de las celebraciones por el aniversario de Lima, se realizará un Maratón de Poesía, en la Sala Alzedo del Teatro Segura. La maratón contará con poetas consagrados y con jóvenes cuyas voces comienzan a destacarse. La entrada será gratuita, todo será de 15.00 a 19.30 hs.

En el marco del Aniversario de Lima y la celebración del centenario del nacimiento de José María Arguedas la Sub. gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima inaugurará el HATUN TINKUY - GRAN ENCUENTRO con el WAYNA SIPAS TINCUY -CELEBRACIÓN DE LOS JÓVENES.

En este marco, además de las feria de editoriales independientes, la feria de sellos discográficos, el concierto de rock y el conversatorio sobre cómics (todos eventos realizados en paralelo en el Teatro Segura), se realizará un recital de poesía, esta serie de mesas de lecturas contarán con la presencia de poetas como: Rocío Silva Santisteban, Arturo Corcuera, Rossella di Paolo, Raquel Jodoroswky, Domingo de Ramos, Marcela Robles, José Pancorvo, Juan de la Fuente, Sonia Luz Carrillo, Héctor Ñaupari, Luisa Fernanda Lindo, Rodrigo Quijano, Paúl Guillén, Enrique León, Rodolfo Ybarra, entre otros.

Las mesas de lecturas comenzarán a las 15.00 hs. (puntual). La Sala Alzedo, será el escenario y la entrada será gratuita. Así que el sábado 15 de enero en el Teatro Segura. Jr. Huancavelica 265. Lima. Adjuntamos el programa de lecturas.

 LECTURAS
15.00 hs.
PRIMERA MESA
Carlos Estela, Rocío Fuentes, Miguel Colletti, Edgar Saavedra

15.30 hs.
SEGUNDA MESA
Juan Pablo Mejía, Shila Alvarado, Mario Morquencho, Alberto Demarini.

16.00 hs.
TERCERA MESA
Jhonny Barbieri, Enrique León, Zoila Capristán, Joe Montesinos.

16.30 hs.
CUARTA MESA
Arturo Corcuera, Raquel Jodoroswky, Raúl Heráud, Sonia Luz Carrillo.

17.00 hs.
QUINTA MESA
José Pancorvo, Rodolfo Ybarra, Domingo de Ramos, Nora Alarcón.

17.30
SEXTA MESA
Víctor Coral, Andrea Cabel, Frido Martín, Rafael García Godos.

18.00 hs.
SEPTIMA MESA
Héctor Ñaupari, Karina Valcárcel, Marcela Robles, Paúl Guillén.

18.30 hs.
OCTAVA MESA
Luisa Fernanda Lindo, Jerónimo Pimentel, Rodrigo Quijano.

19.00 hs.
NOVENA MESA
Rocío Silva Santisteban, Rossella di Paolo, Juan de la Fuente.

Contacto:

John Martínez G.
992432436 / 6991520
http://viernesdepoesiayficcion.blogspot.com/